Microrrelatos de amor, desamor y odio (I parte)
LOCURA DE AMOR
LOCURA DE AMOR
Isabel Cienfuegos
Él había perdido la cabeza. Ella le entregó el corazón. Y paseaban como tantos otros. Él, incómodo con aquella víscera sangrante en las manos. Ella, ansiosa, pretendiendo adivinar su futuro en la inútil esfera degollada.
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PERDER LA CABEZA
Nunca entenderé como hay hombres que pierden la cabeza por una mujer -meditaba Juan en las sombras– mientras Salomé le sacaba brillo a una bandeja de plata.
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EL PROFESOR
Jean-Paul Richter
Un pobre profesor que quería ser director adjunto ha terminado casándose con la hija de su superior, a quien ama por conveniencia; pero en los antiguos poemas que les explica a sus alumnos encuentra muy útil ese anhelo de amor infinito que no existe aquí en la tierra.
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DESPECHO
Andrés Neuman
A
Violeta le sobran esos dos kilos que yo necesito para enamorarme de un
cuerpo. A mí, en cambio, me sobran siempre esas dos palabras que ella
necesitaría dejar de oír para empezar a quererme.
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ARMISTICIO
Juan José Arreola
Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas de ocupación. Me desentiendo de todos los invasores en cuerpo y alma. Nos veremos las caras en la tierra de nadie. Allí donde un ángel señala desde lejos invitándonos a entrar: Se alquila paraíso en ruinas.
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TANGO
Mario Goloboff
Aquel hombre bebió para olvidar a la mujer que amaba, y la mujer amó para olvidar al hombre que bebía.
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SIN TÍTULO
Carmen Leñero
La empatía entre los cuerpos lleva a una inercia de imitación: cuando salíamos apresurados del hotel, a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.
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TODA UNA VIDA
Beatriz Pérez-Moreno
Lo vio pasar en un vagón de metro y supo que era el hombre de su vida. Imaginó hablar, cenar, ir al cine, yacer, vivir con él. Dejó de interesarle.
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EL ENGAÑO
Marcial Fernández
La conoció en un bar y en el hotel le arrancó la blusa provocativa, la falda entallada, los zapatos de tacón alto, las medias de seda, los ligueros, las pulseras y los collares, el corsé, el maquillaje, y al quitarle los lentes negros se quedó completamente solo.
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TEORÍA Y PRÁCTICA DEL AMOR
Me parece que, por fin, he aprendido todo lo que se podía aprender sobre el delicado arte de hacer feliz a una mujer. Ahora sólo resta encontrar una señora con gustos parecidos a los míos. Lo de compartir aficiones es importante para conquistar el corazón de una mujer. Y las mías son de lo más comunes. El julepe, los pasodobles, las películas de Manolo Escobar. Raro sería no encontrar una señora con gustos parecidos a los míos. Dicen mis hijos que donde voy a vivir a partir de mañana hay más de cien mujeres de mi edad. Y los domingos hacen baile.
10 microrrelatos de amor, desamor y odio (Parte II)