EL PASTOR Y EL RUISEÑOR
Gotthold Lessing
-Vamos, querido ruiseñor, canta -le pidió un pastor al pájaro callado, una bella noche de primavera.
-¡Ay! -exclamó el ruiseñor-. Las ranas hacen tanto ruido que me han quitado las ganas de cantar. ¿No las oyes?
-Claro que las oigo -repuso el pastor-, justamente las oigo debido a tu silencio.